Observación y descripción de una esquina elegida por Martina Gaggero

Taller de expresión I Cátedra Reale - comisión 56, Santiago Castellano.

Trabajo original e individual por Martina Gaggero.

Actividad: Elegir una esquina, observarla y describirla 5 minutos al día. Realizar comparaciones, detallar lo percibido y analizado.

 

Elegí una esquina que formó parte de mi vida mucho tiempo, casi toda mi infancia.

Sábado 14, 11 am. Aproveché que tenía que imprimir unas cosas de la facultad y fui a la gráfica que queda exactamente en el mismo local donde hace unos años atrás estaba la heladería de mis abuelos. Me quedé un rato expectante mientras hacía la fila para entrar. Si bien voy bastante seguido porque me resulta cómoda la ubicación, al tener que hacer este trabajo, tenía otro compromiso con aquella esquina. En primer lugar, porque fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando me puse a pensar dónde me gustaría realizar esta actividad. Y luego, porque esa localidad tiene un recuerdo muy especial para mí. Comencé a observar. Los autos pasaban, la gente caminando, otros trotando. Algunos con sus mascotas. De ellos supuse que iban de paseo por la tranquilidad que había en su ritmo de andar. Otros más apurados, calculo que por la rutina misma o quizá porque podrían estar llegando tarde a sus respectivos compromisos, cumpleaños, casamientos, bautismos, almuerzos familiares, juntadas. Se me ocurrían muchas opciones viables por el horario. La calle es una gran avenida donde pasan muchos taxis y colectivos. En frente de esta esquina se encuentra la parada. Allí vi personas esperando mientras algunos fumaban, usaban el celular o se quedaban tildados (quizá pensantes sobre alguna cuestión de la vida en las que solemos detenernos y reflexionar). Cuando fue mi turno de entrar y ser atendida, me quede perdida en mis recuerdos. Si bien el decorado del local ha sido modificado, yo lo recuerdo igual que siempre. Dónde se encontraban las sillas usadas por la clientela que venía todos los fines de semana a tomar su helado preferido, las peleas divertidas entre los familiares y amigos que compartían un mismo envase y los gustos que este llevaba, los cumpleaños de los niños que se armaban en la vereda, las inmensas heladeras de las que siempre agarraba una cucharada, las máquinas donde se creaba mi postre favorito, las enseñanzas de mi abuelo y sus secretos de heladero. Esa esquina para mi vale gran parte de mi niñez y tengo los mejores últimos recuerdos de mi familia completa. Y este primer día de observación me llevó a esos lugares por lo que estos significan.

Martes 17, 6 pm. Un día de mucho frío. Fui a la esquina bastante más tarde que la otra vez. El sol ya había caído, y la oscuridad del invierno ya se notaba. Sentía que la temperatura bajaba cada vez más. Me quede un rato observando los movimientos externos. Me llamó la atención el comportamiento del peatón en varias oportunidades. Vi muchas personas cruzando la calle sin mirar y se que esta contemplación únicamente la puede hacer al realizar esta actividad, porque en la cotidianeidad, por lo menos en mi caso, me encuentro tan sumergida en mis quehaceres diarios que capaz no me detengo ni logro observar las conductas ajenas.

Noté que el árbol de tilo que siempre fue lo característico de la cuadra seguía allí cuando una persona se acercó a regarlo (calculo que era un vecino o alguien de la zona que lo suele mantener) y luego le sacó fotos con cierto orgullo, parecía saber lo que hacía. Ese aroma tan peculiar, propio e inconfundible que se siente desde cualquier más o menos cercano.

Jueves 26, 4 pm. Ese día elegí observar y detenerme en mi alrededor. Traté de hacer una introspección y traer a la actualidad los recuerdos que tenía del pasado, para hacer una comparación. Lo que guardaba mi mente contra lo que veían mis ojos en ese momento. Mire desde la esquina los lugares que la rodeaban. Recuerdo que hace unos años atrás habían muchas más casas, que ahora se convirtieron en altos y modernos edificios. De hecho, siento que antes daba mucho más el sol en donde me encontraba. Y ahora los edificios no permiten el paso. También algunos los árboles que se ubicaban en los laterales de la manzana fueron cortados y talados. 

A la izquierda en diagonal a la gráfica se encuentra un lavadero de autos y un kiosco que se mantienen desde siempre. Fueron remodelados, pero siguen en pie. A la derecha se encuentra una pizzería que es relativamente nueva y suele llenarse de gente los fines de semana. Y en frente hay una concesionaria de autos que también tiene sus años.

Domingo 29, 10 am. El día estaba soleado, el viento movía las hojas y el frío era imparable. La gente abrigada caminaba únicamente por la cuadra donde prevalecía la energía y el calor del sol. Vi varios clientes que dejaban el auto en el lavadero y se cruzaban a un local de café y donas, donde presiento que iban a desayunar, esperar y hacer tiempo. También había gente (asumo que desayunando por el horario) dentro de la pizzería, porque en esa cuadra no daba el sol como para sentarse afuera y sentir ese calor propio del mismo. Pasé por la puerta donde estaba expuesta la carta y observé que tenían café, medialunas y tostados. Los autos andaban, los taxis levantaban gente, las bicis paseaban, las motos llevaban pedidos a sus destinos. Se notaba un día productivo donde se aprovechaba el horario y el último día antes de empezar nuevamente la semana.

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